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sábado, 10 de septiembre de 2011

La calderilla, ejemplo de reciclaje


Según el drae calderilla viene del diminutivo de caldera. ¿Y que tiene que ver ésto con las monedas pequeñas?. Para saberlo nos tenemos que remontar a los tiempos en los que no se tiraba nada y casi todo era reutilizado sin necesidad de tener un arco iris de contenedores en la puerta de casa. Una de estas muchas cosas que se reciclaban eran los calderos de cobre.

Caldero+cobre+calderilla

En cuanto estos calderos se estropeaban, bien por que se quemaran demasiado o simplemente porque se rompieran o agujerearan, se ponía en marcha el "sistema de reciclaje". El espesor de estos calderos solía ser muy fino, por ello era muy sencillo cortarlo con unas tijeras o tenazas, y como también era muy maleable se transformaba rápidamente en planchas muy fáciles de transportar. Luego se llevaban al calderero que con este material sobrante podía realizar nuevas piezas, que solían ser uno o varios calderos mas pequeños que el original. Estos calderillos eran almacenados hasta su posible utilización, y como generalmente se iban acumulando bastantes al conjunto de ellos se le llamó "calderilla".

Y el proceso siguiente es bastante obvio, como un caldero grande se transformaba en calderilla, cuando cambiábamos una moneda grande por otras mas pequeñas también obteníamos calderilla.

La verdad es que esta entrada es mas corta que lo habitual, casi podríamos decir que es una entrada "de calderilla".

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7 comentarios:

  1. ¡Qué espléndida manera de comenzar, Miguel Ángel, tu entrada de hoy! Dices: " y casi todo era reutilizado sin necesidad de tener un arco iris de contenedores en la puerta de casa. Una de estas muchas cosas que se reciclaban eran los calderos de cobre." No sé si intencionadamente o no, has unido una bella metáfora "arco iris de colores" con la palabra "caldero", el "quid" de la cuestión del reciclaje de hoy; por estas tierras gallegas existe una antigua leyenda que dice que al final del arco iris o "arco da vella" (el arco de la vieja) hay escondido un caldero repleto de monedas de oro y que quien llegue hasta él será su legítimo propietario. ¡Y no será "calderilla" para el afortunado o afortunada que dé con este tesoro!
    Estupenda entrada, como todas las tuyas, y con respecto a que haya sido corta, ya sabes, "lo bueno si breve, dos veces bueno".
    Mil saludos.

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  2. "La olla de oro al final del arco iris", siempre que lo veo salir hago la broma de ir a buscarla, parece mentira que no haya caido en la cuenta. Seguramente por usar la palabra olla en vez de caldero.
    Gracias por el comentario y los inmerecidos (esto de inmerecidos es mentira, pero queda bien decirlo ;)) elogios.

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  3. Y aprovechando, Miguel Ángel, tu entrada de reciclaje, voy a mencionar otro curioso "reciclaje" gracias al cual los estudiosos del griego pudimos ampliar ¡en cinco siglos! nuestro conocimiento de esta lengua. Y viene al hilo de nuestro Schliemann del otro día; el sistema de escritura usado para escribir el griego de época micénica ( de 1600 a 1110 a.C.) es el llamado "Lineal B"; el material de soporte de las inscripciones en este sistema eran de varios tipos, pero los documentos más numerosos eran tablillas de barro cocidas que registran la contabilidad anual de los palacios micénicos ( Micenas, Pilo, Tirinto,...); la casualidad hizo que llegaran a nosotros las correspondientes al último año porque los micénicos no cocían el barro, sino que dejaban secar al sol las tablillas en las azoteas de los palacios, de modo que al finalizar el año administrativo, las sumergían en agua, reblandeciendo el barro, y las reutilizaban para el año siguiente. Las que nos han llegado son el resultado de que en los sucesivos incendios, cuando cayeron los palacios, se cocieron en el fuego y permanecieron así para siempre.
    En 1952 un arquitecto y matemático inglés, Michael Ventris, con la ayuda de J. Chadwick, filólogo experto en griego arcaico, logró, en una titánica labor, descifrar este sistema de escritura y leer textos griegos que nos remontaban a cinco siglos antes del uso del alfabeto griego (los textos homéricos datan del s. VII a. C). Los resultados fueron grandiosos
    y todo se debió casi a una arcaica medida de reciclaje combinada con una casualidad
    Mil perdones por mi prolijidad y mil saludos.

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  4. Hola Miguel ángel, estupenda entrada y un placer leer de nuevo.

    Un besote

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  5. Yayo macho, te estás columpiando un poco... ¿cuándo piensas actualizar el blog? No nos puedes dejar así jajaja.

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  6. Gran entrada. Ciertamente desconocía la historia, que yo sepa aquí en Argentina no se utiliza el término. Pero bue... de toda formas ya se algo nuevo, ;).
    Un Saludo.
    Uriel

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  7. Gracias a todos por vuestros amables comentarios. Viriato gracias especialmente por la espera, ya he vuelto de mis vacaciones asturianas.

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